Promueven la estimulación temprana en Matemáticas





Promueven la estimulación temprana en Matemáticas

Las últimas investigaciones indican que así como se hace con el lenguaje y la motricidad, es beneficioso trabajar con los más pequeños las nociones numéricas.

Edición Impresa: martes, 07 de mayo de 2013
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Promueven la estimulación temprana en Matemáticas
Los especialistas sostienen que nacemos en un mundo donde los números son parte de la vida. (Imagen de internet)
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Verónica De Vita - vdevita@losandes.com.ar

Esperar a la escolarización de los niños para que tengan su primer contacto con la matemática puede ser un error. Es que se asegura que hay una cierta predisposición a dominarla ya desde muy pequeños, lo cual puede incorporarse paulatinamente en las actividades cotidianas y fundamentalmente a través del juego.

Esta primera aproximación favorecerá el posterior aprendizaje formal además de contribuir a tener una idea más práctica y menos estigmatizada de la materia. Este contacto inicial se da habitualmente con el lenguaje ya que no sólo lo utilizan para comunicarse, sino que los adultos suelen por ejemplo contar cuentos antes de que los niños aprendan a reconocer las letras.

En esto trabajan investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH). Buscan determinar cómo se construye el conocimiento matemático desde sus primeras instancias, a partir de esto concluyeron que lo que aprenden los infantes sobre números en el primer año parece desempeñar un papel muy importante en sus cálculos diarios más adelante.

No se trata sólo de que durante el trayecto escolar obtengan buenas calificaciones, sino de que se logre una aplicación práctica en la vida cotidiana. Por ello, buscan determinar qué pasos podrían dar los padres para impulsar las destrezas matemáticas, de la misma forma en que lo hacen para intentar formar a un buen lector.

"No se trata solamente de si te puede ir bien en la escuela, sino que más bien versa sobre qué tan bien te puede ir en tu vida", dice la doctora Kathy Mann Koepke que participa del abordaje, "todo el tiempo estamos en medio de matemáticas".

Realidad numérica
Especialistas locales coinciden con esta idea y aseguran que es fundamental fortalecer una aproximación temprana a nociones básicas de matemática, adecuadas a cada etapa del desarrollo.

"El chico nace en un mundo donde los números son parte de la vida, son una forma de organizar el universo: la estatura, la edad, luego se le dice que cambie de canal, si comió mucho o poco o sabe distinguir en qué mano hay más caramelos", explica la psicopedagoga Mónica Coronado.

Por eso se señala que hay una predisposición natural a la numeración y la cuantificación, al igual que ocurre con la lengua. Sin embargo, esta última es trabajada en mayor profundidad desde pequeños, se corrige, no ocurre lo mismo con la matemática que si bien se utiliza, no se ejercita, aclara o fomenta la incorporación de ideas relacionadas con ella. "Pocas veces la familia ayuda a tomar conciencia del número, pero el chico sabe reconocer cantidades", dice Coronado.

Lo que los pequeños tienen son nociones pre-numéricas, inicialmente cuantificadores que les permiten distinguir mucho de poco o aquel lenguaje propio de la matemática del que no lo es, pero recién a los seis años va a poder pasar a la abstracción, comprender el valor simbólico del número que implica entender la cantidad que un número simboliza.

La profesional explicó que "desde que nacen comienzan a trabajar este lenguaje, pero lo hacen más sistemáticamente a partir de los dos años cuando entienden de cantidades y conteo, saben que las cosas se pueden contar".

Desde bebés ya se le habla en esos términos: "Tomaste mucha leche", luego a través del juego también se incorpora por ejemplo, por la cantidad de bloques o contando en la escondida. Incluso un niño de casi dos años que cuenta de memoria ya está dando sus primeros pasos en ordinalidad, lo que le permitirá luego distinguir qué números son mayores que otros.

Esta capacidad les ayuda a identificar qué fila elegir en el supermercado porque tiene menos gente o qué monedas valen más que otras.

Tiempo ganado 
Los estudiosos aseguran que es fundamental estimular a los niños en este sentido en la etapa preescolar y que repercutirá positivamente en la etapa de educación formal.

La doctora en Educación y profesora de Ciencias Básicas, Mónica Guitart, destacó que a la escuela llegan chicos con diferentes niveles de aprendizaje y no se trata de una cuestión de inteligencia sino que "quienes hayan tenido aprestamiento antes de ello tienen mucho tiempo ganado y el resto, mucho tiempo perdido".

La brecha sería insalvable. Investigadores de la Universidad de Misurí examinaron a 180 alumnos de secundaria. Los que quedaron detrás de sus compañeros en una prueba de habilidades matemáticas básicas necesarias para funcionar como adultos fueron los mismos niños que tenían la menor fluidez con los números cuando iniciaron el primer año.

"La brecha con la que empezaron ya no la cierran", dice el doctor David Geary, psicólogo cognitivo que encabeza el estudio, "no están alcanzando" a los niños que iniciaron delante de ellos.

La psicopedagoga y psicóloga Nancy Caballero ejemplificó que "el niño que desde pequeño dibuja y pinta tiene mejor motricidad fina y con matemática pasa lo mismo, toda estimulación temprana facilita la comprensión y la asimilación".

Esta incorporación permite la naturalización de manera tal que al llegar al colegio no les resulte todo nuevo.

Asimismo, habiéndolo aprendido en prácticas cotidianas como contar un vuelto o calcular los huevos para una torta, se traslada esto que parece abstracto a lo concreto, una aplicación que aún muchos adultos no dominan, según investigaciones. "Pareciera que la matemática va por un lado y la vida por otro", dijo

La mejor manera es incorporarla a través de juegos. "La matemática se torna desagradable cuando se incorpora de manera mecánica", dice Caballero.

Asimismo, la naturalización de la matemática permite despojarla del estigma con el que carga de que se trata de algo difícil y que si no se logra comprenderla no importa tanto porque "pocos la entienden".

Muy por el contrario atraviesa la cotidianidad y dominarla será una herramienta muy útil si se traslada a lo práctico. "Los niños no están condicionados como los adultos a quienes nos da miedo alguna ciencia", argumenta la especialista.

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